sábado, 22 de noviembre de 2008

Comunicado de prensa N* 1

Espacio Carta Abierta
Comisión de las MujereS
Comunicado- noviembre 2008



La Comision de las MujereS de Espacio – Carta Abierta informa y denuncia el caso de María José Blanco Barea, en prisión en España, por desobediencia civil contra leyes fundamentadas en el discurso del Patriarcado
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"....1.- Que ejerzo la desobediencia civil dentro de los límites constitucionales y ello exige aceptar las condenas y cumplirlas,
hasta tanto se deroguen las leyes que,
por considerar injustas, se desobedecen. Por lo tanto, he ingresado en prisión porque así debe ser....."

María José Blanco Barea

María Jose Blanco Barea reside en Granada, España, es abogada, y ha dedicado su trabajo a la investigación, difusión y lucha contra toda clase de violencia psicológica.

Es reconocida en la comunidad jurídica y psicológica internacional por sus escritos, trabajo y denuncias sobre violencia de género, acoso laboral y discriminación contra la mujer.
María José acusa y delata constantemente la hegemonía del discurso patriarcal, origen de las leyes que ahora se aplican para encarcelarla.

Afrontando un proceso judicial personal, iniciado injustamente por el padre biológico de su hijo de 8 años, ha sido condenada cinco veces por desobediencia civil, siendo el último fallo el fundamento de su prisión que decide, de acuerdo a sus principios éticos, aceptar para cumplir con la Constitución desde su desobediencia, y así convierte en alegato internacional.

Diana Coblier
Cecilia Lipszyc
Silvia Starkoff
Pilar Vendrell

Por Comisión de las MujereS
Espacio Carta Abierta

viernes, 21 de noviembre de 2008

Tabare Republica del Uruguay

Rechazo


La Comisión de MujereS de Carta Abierta rechaza con fuerza e indignación el veto impuesto por el Presidente de la República del Uruguay, Tabaré Vázquez, a la Ley de Defensa de la Salud Sexual y Reproductiva, la que recién fuera aprobada por el Senado y la Cámara de Diputados de dicho país. Su resolución no hace sino debilitar la esencia misma de la democracia y coloca en entredicho la plena vigencia de un Estado laico. Si bien el veto es una facultad presidencial establecida en la Constitución, no deja de ser un resabio monárquico de las democracias modernas Más aun, con su determinación ha hecho caso omiso de los compromisos internacionales en el ámbito de la protección de los derechos humanos asumidos por Uruguay en los últimos años. Quienes hemos hecho de la defensa de los derechos humanos nuestro principal compromiso ético y político, denunciamos la incoherencia de esta postura presidencial, puesto que no interpreta la votación democrática del Parlamento uruguayo, y desconoce abiertamente la adhesión mayoritaria y contundente de la sociedad uruguaya hacia una propuesta de ley que busca avanzar en el reconocimiento y protección de los derechos humanos sexuales y reproductivos, y en su garantía a través de la acción del Estado.

El Presidente Tabaré Vazquez ha sido votado no por convicciones personales (eso queda para su intimidad) sino como una expresión del Frente Amplio de Uruguay, para realizar un gobierno progresista. Tan es así que de los 9 Ministros sólo dos acompañaron el veto presidencial."
El ejercicio de la democracia exige el respeto de las mayorías, una vez mas este principio fundamental ha sido violado.

Violencia

Documento

El 25 de noviembre fue el día elegido como el Día de la No Violencia contra la Mujer, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en homenaje a las “Mariposas”, las tres hermanas Mirabal asesinadas por la dictadura de Trujillo.




Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
Por Comisión de las MujereS
Espacio Carta Abierta

La Violencia de Género es un problema que existe desde tiempos remotos, pero sólo recientemente ha comenzado a ser estudiado y aceptado. [1][1]

Uno de los grandes avances en la conceptualización teórica del feminismo es la definición de que la violencia contra la mujer pertenece al ámbito público y no privado como se venía sosteniendo, fue el que bregó para eliminar los prejuicios y las prácticas basadas en la idea de la superioridad de uno de los sexos y en funciones estereotipadas asignadas a varones y mujeres.

Si bien en los últimos años este problema tomó estado público y adquirió mayor visibilidad, aún perdura y es tolerada por los medios de comunicación, la educación, la iglesia, las familias y otras instituciones. Responde a raíces muy profundas instauradas en nuestra cultura y hay múltiples formas de violencia que son aún invisibilizadas, violencia física, psicológica, económica y sexual como asimismo la violencia laboral e institucional

La Violencia de género se encuentra sustentada en la propia estructura social y en el complejo conjunto de los modelos de conducta, tradiciones, costumbres, hábitos y creencias; relacionados todos ellos con una relación jerárquica y simbólica que establece el predominio del varón.

Las prácticas criminales y discriminatorias que constituyen la violencia de género, no sólo producen daños, sufrimiento o muerte para cada mujer que la padece, sino que además tienen un alto costo social por privar a la sociedad de la participación plena de las mujeres en todos los ámbitos del desarrollo. La violencia de género constituye un obstáculo que limita las opciones de las mujeres en todas las esferas de su vida, destruyendo su salud y su autoestima y reduciendo su participación en la vida social, política y económica de un país.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la mitad de las mujeres asesinadas en el mundo perdieron la vida a manos de sus parejas sentimentales, una de cada cuatro mujeres del orbe fue agredida sexualmente por parte de su pareja y la mitad de las adolescentes fue forzada a iniciar su vida sexual.[2][2]

De acuerdo a datos provistos por UNICEF en el mundo cerca de 60 millones de mujeres han muerto por causas relacionadas con la discriminación de género[3][3]. Asimismo, un análisis realizado por el Banco Mundial, sobre 35 estudios recientes relativos a países industrializados y en desarrollo, muestra que entre una cuarta parte y la mitad de todas las mujeres observadas habían sufrido maltratos físicos por su compañero íntimo, manifestándose patrones similares de una cultura a otra[4][4].

La forma más extrema de esta violencia es el femicidio,[5][5] dentro del proceso de socialización en una comunidad, se utiliza como un recurso principal para interiorizar la idea de las jerarquías entre varones y mujeres .

Constituye femicidio, el continuo de la violencia de género que se manifiesta en violaciones, torturas, mutilaciones, esclavitud sexual, incesto y abuso sexual de niñas y mujeres dentro y fuera de la familia, y en maltrato físico y emocional y acoso sexual, que termine con la muerte de la niña o mujer.

Las investigaciones sobre femicidio realizadas en diferentes países establecen que es en el ámbito privado, en el espacio de las relaciones íntimas, donde ocurren con mayor frecuencia estos crímenes. Aunque los acontecimiento de Ciudad Juarez, Mar del Plata, Cipoletti y tantos otros extrapolan este flagelo al ámbito público.

Debemos mencionar también que existen en n uestro país más de 400 mujeres desaparecidas (con subregistro) que todos los indicios hacen suponer que fueron secuestradas por las redes de explotación sexual. Por otro lado los terribles sucesos de Argelia, Ruanda, Kosovo, Congo nos muestran que la violación a mujeres (generalmente seguido de muerte) es un crimen de guerra.

Silvia Chejter[6][6] reveló que la mayor parte de los femicidios son crímenes sexuales.El relevamiento, el más amplio realizado hasta el momento en la Argentina, encontró que el 70 por ciento de los homicidios cometidos durante un período de siete años en el territorio bonaerense, entre 1997 y 2003, cuyo autor era conocido, había sido ejecutado por parejas o ex parejas de la víctima.Las cifras comparadas con las de otros países son altísimas: en esos siete años fueron asesinadas 1282 mujeres, lo que corresponde a un promedio de aproximadamente 180 por año. En España en todo el 2007 fueron 94.

La eliminación de la violencia contra las mujeres no sólo consiste en castigar hechos individuales, sino fundamentalmente en cambiar la percepción social que indica que las mujeres tienen un valor menor al de los hombres. “Sólo cuando las mujeres y las niñas accedan a una posición firme y sean consideradas miembros de la sociedad en igualdad de condiciones, la violencia contra ellas será percibida como una extraña aberración en lugar de una norma invisible”[7][7].

Existe evidencia de que la violencia hacia las mujeres -como ejercicio de poder y dispositivo de disciplinamiento social- constituye en un arma de violencia hacia otros miembros de la familia, principalmente hacia los niños/as.
La evidencia internacional muestra que la Violencia de Género constituye un grave problema mundial. De acuerdo a datos provistos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia contra mujeres y niñas de entre 15 y 44 años causa más muertes e inhabilitaciones físicas que el cáncer, la malaria, los accidentes automovilísticos y hasta las guerras.[8][8].

El Fondo de Naciones Unidas para la Mujer [9][9] señala cifras aún más alarmantes, “una de cada tres mujeres jóvenes, en las aulas de todo el mundo, sufrirá violencia sólo basada en el hecho de su sexo femenino. Por todo el mundo este patrón se repetirá: globalmente, según encuestas, una de cada tres mujeres será violada, golpeada, forzada a tener sexo o de lo contrario abusada en el transcurso de su vida”[10][10].

En la Argentina la problemática es similar al resto del mundo. Según datos provistos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 25% de las mujeres es víctima de violencia y el 50% pasará por alguna situación de este tipo en algún momento de su vida. Además, en el 42% de los casos de mujeres asesinadas, el crimen lo perpetra su pareja[11][11].

Respecto a la Ciudad de Buenos Aires, el servicio Línea de Ayuda por Violencia Familiar, de la Dirección General de la Mujer, recibe anualmente cerca de 7.000 llamadas por este motivo. En cuanto al perfil de estos llamados, sobre una base de 1.428 llamadas a la Línea Mujer de la Ciudad, encontramos que[12][12]:

En un 80% de los casos la mujer es víctima de violencia psíquica: amenazas (44%), descalificación (26%), gritos e insultos (18%).

Más del 60% recibe algún tipo de violencia física: golpes (77%), empujones (9%), encierro (1,5%), quemaduras (0,5%).

Casi un 40% de las víctimas son sometidas a maltrato económico: no le deja dinero (73%), Un 18% de las mujeres reciben violencia sexual: demanda de sexo contra su voluntad (43%), sexo bajo amenaza (28%).

El 69% de las llamadas no registraron denuncias. Del 31% restante el 68% hizo la denuncia en la Policía y el 29% en Tribunales.

Kofi A. Annan en 2006 sostuvo que “debemos trabajar juntos para crear un ambiente en que la violencia contra la mujer no sea tolerada. En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, unamos todos nuestras fuerzas, hombres y mujeres por igual, para cumplir esta misión.”

Esta postura implica políticas activas por parte de los Estados para erradicar este crimen, tanto en la asistencia a las víctimas, como en el ámbito educativo y campañas nacionales para concienciar a la población.

[1][1] En base a un artículo de la socióloga Cecilia Lipszyc. Boletín de la Comisión de Población y Desarrollo del Honorable Senado de la Nación 2004
[2][2] 1 Organización Mundial de la Salud (OMS) Primer Informe Mundial sobre Violencia y Salud. Ginebra Octubre de 2002
[3][3] Charlotte Bunch: “La intolerable violencia contra las mujeres y las niñas”, El progreso de las mujeres, UNICEF, 1997.
[4][4] Charlotte Bunch: idem .
[5][5] Jill Radford y Diana Russell ” Femicidio: La política de matar mujeres”,
[6][6] , directora del Centro de Encuentros Cultura y Mujer (Cecym) “Femicidio e Impunidad”,
[7][7] Charlotte Bunch: idem
[8][8] Peter Piot, Director Ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (ONUSIDA), en el mensaje que pronunció el 3 de marzo de 1999 en Nueva York sobre el HIV/SIDA y la violencia contra la mujer, con motivo de celebrarse el 8 de marzo el " Día Internacional de la Mujer", Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay: “Noticias. Artículos de Fondo”, Publicación electrónica, (www.unic.org.ar/noticias/art/tm004_99.htm)
[9][9] Noeleen Heyzer, Directora Ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM),
[10][10] Heyzer, Noeleen: “Romper el círculo vicioso de la violencia y el VIH/SIDA”, Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay: “Noticias. Artículos de Fondo”, Publicación electrónica, 25 de noviembre de 2003 (www.unic.org.ar/noticias/art/tm010_2003.htm).
[11][11] Banco Interamericano de Desarrollo: “Informe Especial. Violencia Doméstica, una Realidad que Golpea”, enero 2001.
[12][12] Lic. Betsabé Policastro y Lic. María Zorrilla Zubilete, “Informe Centro de Llamadas Línea Mujer”, en Bressa, María; Shuster, Gloria: “Proyecto Balance Regional Violencia. Argentina”, Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer – Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer, 2003.

Comunicado de prensa N* 2



La Comisión de las MujereS de Carta Abierta saluda el tratamiento que se está desarrollando en la Cámara de Diputados sobre el tema del aborto. En una sociedad adulta, sin tutelajes de ninguna especie, es imprescindible que el debate sobre tan candente tema se realice en el marco de consultas a especialistas y a la sociedad civil en su conjunto.

Más de 4 millones de mujeres de América Latina realizan abortos clandestinos arriesgando su vida y con temor a ser encarceladas.

Las cifras de abortos clandestinos que se estiman en la Argentina en un año, son francamente alarmantes. (de 500 a 700 mil). Los abortos clandestinos son la principal causa de mortalidad materna en la Argentina, mortalidad de mujeres pobres y jóvenes.

Esto implica un grave daño a la salud psíquica y física de las mujeres, impidiendo el ejercicio de derechos humanos fundamentales; derecho a la vida, a la salud, a decidir sobre su propio cuerpo, a estar libres de daños y torturas, a la libertad de pensamiento y de religión.

La penalización del aborto lleva a la muerte a cientos de mujeres pobres que no tienen acceso a abortos asépticos. Pero no impide su práctica

Es hora ya que Argentina asuma la responsabilidad de la vigencia plena de los derechos sexuales y reproductivos consagrados en los tratados internacionales y en el reclamo casi unánime de la ciudadanía de nuestro país.